sábado, 17 de septiembre de 2011

7 metros de profundidad (primera parte)




Que asco de día. Ya estoy cansado de siempre la misma gente, siempre el mismo recorrido, siempre el mismo tiempo.

Menos mal que ya he acabado y puedo regresar a casa, así podre relajarme y ausentarme de este día a día tan lamentable.

Después de dejarlo todo en su sitio me dispongo a coger el bus, que espero, siga estando en el mismo sitio, como siempre. Cruzaré las cuatro calles llenas de muchedumbre, guiada por un sentido común, saltare los cuatro charcos que siempre están ahí, llueva o haga un sol tan abrasador como el del mismísimo Sahara, esperare junto a esas cuatro almas solitarias, todos juntos con un sentido común, aparcar nuestros celuliticos culos dentro del bus, mientras escuchamos a las dos abuelas de turno hablar de los logros que han conseguido sus hijos, como si a los demás nos importara la vida de otro, suficiente tenemos con llevar la nuestra a cuestas, como para que encima dos abuelas de mierda nos recuerden en que clase de personas despreciables sin sentimientos ni méritos en la vida nos hemos convertido.

Gracias a dios me bajé a tiempo antes de cometer alguna estupidez, justo cuando estaba acariciándole los cuernos al Diablo, justo cuando estábamos concretando algunos puntos clave de nuestro contrato para que, a cambio de volar esta puta mierda y llevarme a todos esos hipócritas al otro barrio, yo pasara una temporada bastante larga en el purgatorio.

Llego a casa y abro la puerta, dejo las llaves, saludo al perro, miro que no haya ningún pez muerto y me voy a la cocina para coger una cerveza, pero algo hace que me detenga antes de cruzar la puerta. Me doy la vuelta y miro a la mesa, hay un sobre con algo del tamaño de una caja de zapatos, lo primero que pienso es que cojones hace ahí, nadie tiene llave de mi casa, vivo solo y tampoco hay forma humana de colarse en ella.

Miro extrañado el sobre, esta todo bien, la dirección, código postal, mis datos......que extraño. Lo abro sin vacilar mas, es un disco completamente blanco, sin marca ni ningún tipo de pista que me haga orientarme hacia algún sitio, sin más, con unas letras en medio que dice "Play me". Lo dejo en la mesa y voy a coger una cerveza mientras voy pensando y pensando....cierro la nevera y me siento en la mesa, mirando minuciosamente cada detalle del disco y del sobre, todo parece perfecto, como si hubiera pedido algo y estuviera ahí mismo, delante de mis narices.

Como no hay nada que encaja, me levanto y pregunto al vecino de enfrente, un tipejo melenudo  con barba de naufrago que está todo el día en la puerta, como el típico americano sentado en el porche de su morada sujetando una escopeta con su brazo, pero no hay suerte. Que raro, me vuelvo y miro detalladamente que la cerradura haya sido forzada pero... tampoco, todo está en su sitio, pero no se.....

Cierro la puerta y busco donde cojones meter el disco, no tengo reproductor, ni ordenador ni nada donde pueda reproducirse un disco, pues estoy todo el día trabajando para el capitalismo y esa jodida mierda no me da nada de tiempo para hacer lo que yo quiero. Lo dejo por imposible y me voy a mi habitación a coger algo de ropa para ducharme, enciendo la luz y otro sobre encima de mi escritorio, este es algo mas grande, lo abrí sin vacilar y parecía un reproductor de DVD, completamente blanco, sin nada absolutamente como el disco, pero sin letras ni indicaciones, ni tan siquiera botones....

Doy una vuelta rápida por toda la casa mirando que no hayan mas sorpresas, por suerte o por desgracia no hay mas. Cojo lo que parecía ser el reproductor y lo pongo junto al disco, en la mesa del salón...y me voy a la ducha. Mientras me doy una ducha ardiente, no paro de darle vueltas al asunto : "como cojones....ha llegado....no lo entiendo, debe de ser una broma pero.....quien....o que" justo en ese momento cierro el grifo y me seco rápidamente, ya no puedo mas, tengo que ver que es.

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